Los miradores constituyen una herramienta muy útil para aumentar el conocimiento y la valoración del paisaje de Valle Gran Rey por parte de quienes se trasladen a través de la carretera, ya que están ubicados en puntos estratégicos y privilegiados que invitan a disfrutar de las mejores panorámicas y manifestaciones paisajísticas.
Mirador de El Palmarejo: Este mirador es una joya desde la que se puede ver otra joya. Diseñado por César Manrique, e ideado para ser además restaurante, la arquitectura de este mirador se integra perfectamente en el paisaje gomero y es una muestra del extraordinario respeto que sentía por el entorno natural su autor. Y todo para admirar cómo debajo de nuestros ojos se derrama en bancales desde los riscos el barrio de Guadá.
Mirador de Piedras Hincadas: Desde este mirador se puede observar el caserío de Alojera y toda la parte noroeste del vecino municipio de Vallehermoso. También es un espléndido punto desde el que observar el monte que nos rodea, que forma parte del extremo oeste del Parque Nacional de Garajonay y que conecta con las formaciones boscosas rupícolas del Lomo del Carretón, Monumento Natural que justo se encuentra bajo nuestros pies.
Mirador de El Santo: Está situado en Arure. Tras atravesar el ojo del acueducto que se encuentra aquí, ante nuestros ojos se puede ver el impresionante y encajado valle de Taguluche. Palmeras, bancales, casas tradicionales, riscos abruptos por un lado y otro, y al fondo el mar, y más allá suele ser frecuente ver las islas de La Palma y El Hierro.
Mirador de la Palma Tambarera: Tras pasar Arure, nos encontramos este mirador desde se puede ver el impresionante cañón que ha formado la acción erosiva del barranco de Arure. Capas y capas de coladas que forman escarpes, caprichosas formas. La escasa vegetación de los riscos agarrándose de las piedras, y al fondo, el barranco que prácticamente lleva agua todo el año, entre una de las saucedas más importantes de la isla.
Plaza de San Antonio: La casi circular plaza que escogieron los vecinos de Guadá para levantar la ermita de San Antonio tras la “Guerra del Agua”, es un magnífico lugar para contemplar la magnificencia del valle alto. Paredones, palmeras y casas conformando uno de los paisajes más admirados de Canarias.
Mirador de la Curva del Queso: Desde aquí podemos ver la parte media y baja de Valle Gran Rey, como el pueblo se dispone entre los riscos de La Mérica y Teguerguenche y luego se abre amplio en el mar.
Juan Rejón: En el vértice del barrio de La Calera, se encuentra este mirador, en la zona en la que en el pasado se situaba la academia de Valle Gran Rey. Desde aquí podemos ver toda la parte baja de Valle Gran Rey: Vueltas, La Puntilla, La Playa, El Palmar… Plataneras, cultivos tropicales, mar, desde uno de los barrios más interesantes del municipio: La Calera, el lugar idóneo para callejear y ver cómo las edificaciones se superponen en escalera entre plantas y flores.